consiste, mi trabajo,
en agotar a puerta cerrada
la generosa ración de infelicidad
que heredé,
en derrochar sin hacer daños a terceros
la que me gané por el efecto experiencia,
el efecto no escarmienta, no coge cabeza
consiste en propasarse con la soledad,
en hacer que ella empiece a arrepentirse,
a aborrecer mi presencia,
mi manera de echar a perder la escena
con mis huellas dactilares,
mis glándulas lacrimales, bulbouretrales
en tomar el escalpelo de segunda mano
y a sangre fría diseccionar,
el cuerpo del occiso,
de la melancolía desfigurar
consiste en advertirme,
en citarme para sí la célebre fórmula miranda
cuando me descubro hablando por los codos,
en recordarme, a bajo costo,
del peligro,
de los beneficios de la discreción
consiste en aprovechar al máximo el malestar,
los deslices o equivocaciones de la felicidad,
en poner en duda el punto y aparte,
el punto final
c. a. campos, 2010
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