Thursday, August 25, 2011

guillermo klein

(miula) una de mis favoritas:

http://www.youtube.com/watch?v=pBh61mF5aMA

falling down



the evidence, hard, all around the last person on the longest line,
sticking out like grammatical blunders,
like nail discoloration, yellowing teeth, or balding spots,
in full view & open to the public seven days twenty four hours
like pictures in an exhibition,
like the scene of another petty crime not worth the time
of the local newspaper

an old shoe here, refuge left & right, condoms, candy-wrappers
over there,
& everywhere the sun becoming more aloof, the rain a nuisance
like the reality of today, of the new taxes

people counting their coins, making other lines to pay
for the air they breathe in & out, to pay for their thoughts,
for their dreams at night not paying attention to the fine print:
extra is charged by the government when the dreams don’t come true,
when the thoughts don’t lead to some material purpose (ouch!)

(speech is next on the IRS agenda, the details
are still being worked out)

folks of all ages everywhere not knowing what next to mortgage,
what next to give up on,
all around the last person on the longest line,
who could be you or someone else but it’s me:
there to pay an additional fine

apparently is a no-no to walk instead of paying the train or bus fare
or the tolls & gas if you drive,
apparently 33% of what i make  isn’t enough of a contribution

activities of any kind require an additional activation feed



c. a. campos, 2011

Wednesday, August 24, 2011

a la zaga


lo preocupante es que ya no me preocupa,
es que ya no me preocupe como otrora del rocío,
de la nada, la palabra,
del constante sinsentido que es querer encontrarle 
un sentido a la vida,
a los libros, a las polillas o los cachivaches

es que ya no me ocupe como otrora del pasado,
del futuro o prurito,
de la causa perdida o la manumisión

es que ya no me empecine en sacarme partido,
en tratar de hacer o quedar bien ante los demás,
ante el ser que esperaba ser o hacer de mí
a pesar de las alergias, del orden o las pruebas

lo alarmante del caso es que me parezca natural
el valor exorbitante o ridículo de los efectos personales,
los coscorrones o cocotazos de la infancia
y la fecha de caducidad,
el hecho de que a la larga nos caen mal los años
que se cumplen

es que me parezcan normales los finales rebuscados,
las preguntas que abren los ojos o buscan desentenderse,
que no quieren comprometerse ni un minuto más
debido a que esperaban más de las respuestas,
de la mano que trabaja


 c. a. campos, 2011

Tuesday, August 9, 2011

terruño


si continúo en babia 
es porque el corazón se empecina en sugestionar 
a la razón, 
es porque el alma quiere seguir jugando a las escondidas 
y mi cuerpo lo que quiere es irse a acostar,
irse a que le mimen

es porque babia me atrae,
en babia se me distrae, en cuenta se me toma 
e, incluso, los chistes de mal gusto se me celebran,
se me aplauden en las casas de dudosa reputación

es porque a los ojos de los babianos
soy algo así como otra constelación menor,
otra atracción turística del lugar,
y no se me exigen credenciales
ni cartas de recomendación para participar,
para que se me considere   

es porque el presente no se lleva bien con la esperanza,
no se siente a gusto
cuando tiene que elegir entre el pasado y el futuro,
entre la historia y la ciencia ficción

es porque me cuesta el descaro de la teoría,
su chantaje,
la política exclusivista, poco generosa de la alegría 


 c. a. campos, 2011

Friday, August 5, 2011

síganme los buenos


Hace tiempo que no duermo bien. Me despierto tres, cuatros veces cada noche y me paro de la cama y escucho, separo los ruidos de afuera y los de mi casa para ver si alguien se ha metido y anda por la casa, robándome. Luego, con un bate, por si acaso, al alcance de las manos, me dejo caer y concilio o continúo el sueño interrumpido. No sé carajo qué me despierta o por qué carajo salto de la cama sin más ni más, tres, cuatro veces cada noche. No estoy bien, lo sé, pero estar mal no es una buena razón médica para lo que hago o me hago o me pasa cada noche. La verdad es que ya estoy acostumbrado al preludio del miedo, al alivio que experimento cuando compruebo que todo está bien o que por mi casa no anda un hijueputa hinchándome más la existencia, riéndose de mí, a mis espaldas, de los tristes cachivaches que he almacenado—los que debería tirar a la basura si yo me respetase. Deudas, penurias, siempre las he tenido; problemas estomacales, del corazón, de la cabeza, nada inusual, como todo el mundo; problemas de amor, de ubicación, lo mismo, típico de mi generación. Nada anormal me acontece, me sucede, excepto el chiste de mal gusto de las interrupciones al mundo onírico, supuestamente mío, sin razón de ser que me suceden. Quién carajo me despierta y para qué o por qué. Quién se empecina en enviarme señales en un idioma que no hablo, que no entiendo—bastante tengo ya con el arte contemporáneo, con la mujer y los hijos, con la sociedad o la suciedad; bastante tengo ya con los problemas que me invento, con las preguntas que me hago, que se me hacen, con las ambiciones, las ilusiones que me hacen quedar mal. Y si alguien se metiera a mi casa, qué haría, nada, lo más seguro. Me escondería debajo de la cama y esperaría a que el tipo se marchara. Imagino que si todavía a esas altas horas de la noche no se me hubiese ido la borrachera, trataría de asustar al ladrón, de inocularle mi miedo con el bate que le regalé a mi hijo, con mi voz de cantante de baño o con mi cuerpo esquelético, o escultórico a los ojos de la muerte. A lo mejor es la conciencia, la tuya, me susurra lo que me queda de cristiano, la culpa, pero no le hago caso pues la fe, la locura no son mi fuerte, ni la esquizofrenia que dicen que ha de joderme antes de morir o matarme.

Me despierto y tomo agua o llego al inodoro, pues hay que aprovechar las veces que me despierto; no todo en la vida es despilfarro, de cuando en cuando tenemos que dar la cara, que ser responsables. Eso sí, no me preocupa el comportamiento de mi cuerpo; si a él le gusta despertarse tres, cuatro veces cada noche, bien. No me quejo, él manda a veces, yo cuando se me pega la gana. Es un buen arreglo y si tomamos en cuenta los supuestos gobiernos de nuestros países, los resultados, el mío es el mejor desgobierno. Hay que gobernar y dejarse gobernar, turnarse. No todo puede ser robo y saqueo, pues la teoría del bien a veces hay que llevarla a la práctica. Pero no las aprovecho por completo, mis interrupciones, debido a que no recuerdo los sueños, a que no me ayudan a recordarlos cuando llego a la cocina, antes de irme a laburar, y me siento por unos minutos a la mesa para lo del café, lo del pan. Quién sabe, a lo mejor es una bendición el no poder recordarlos. Mas en verdad nunca les he dado crédito a los sueños de los demás; incluso, siempre me ha parecido de mal gusto lo que hacen casi todos los novelistas: un sueño aquí y otro allá para llenar o tapar el vacío de sus escrituras, para disimular que tienen mucho que decir. El tiempo, el destino, el libre albedrío y los sueños, con lo que se nace y con lo que luego se hace o se deshace uno, etcétera—pero ya esto es harina de otro costal. Me gustaría llamar a un amigo o una amiga cuando me despierto, pero no tengo ni lo uno ni lo otro, y poder matar así el tiempo con ellos, después de haberlos asustado con mi llamada, pero como dije hace poco no tengo amigos; me busqué lo que me propuse desde joven: la soledad, la paz, el olvido y el vacío que me hace invisible, insoportable. Se ha muerto dios y otras muertes, por igual, hemos experimentado: la del idioma, la de la filosofía, de la poesía, de la catarsis y la de la vecina que tenía un culo que ni hablar. Un cementerio, una marcha fúnebre. Así que lo del nocturno mío no es para tanto aunque yo reitere lo contrario, aunque mi teatro parezca creíble, razonable.

Últimamente he escuchado que sólo la gente mala duerme bien. Lo cual me hace pensar que soy uno de los buenos, y me agrada la idea. ¿A quién, no? Aunque lo más probable es que me despierte tres, cuatro veces cada noche debido a que el sueño ya no me tolera, a que ya se ha hastiado de mi disco rayado y trata, a su modo, de mandarme a la mierda, de decirme: vete a joder a la realidad y déjame en paz; ya bastante tengo con tus poluciones.


c. a. campos, 2011

Wednesday, August 3, 2011

la espada de damocles



de chiripa o de chepa nos fijamos en el tarro de la basura,
en el culo de la vecina o en las horas muertas
de los desocupados, de los desempleados

nos fijamos en la obra de la mazorca de maíz
al desgranarse,
del aguacate al caer y a tientas seducirnos

nos fijamos en el futuro sin ocultárselo al pasado,
sin hacer sentir mal al presente,
al espejo que otrora reflejaba menos displicencia

tomamos nota de que el santo asunto no es para tanto,
ni el de ellos, ni el de nosotros,
de que no lo somos ni nunca a ciencia cierta
lo seremos

hacemos hincapié en el comportamiento surrealista 
de las teorías, de los sentimientos,
en el comportamiento paracaidístico, pirómano de los vuelos, 
de las palabras o las pruebas cuando se compaginan entre sí,
entre nosotros

tomamos nota de lo mucho que la bruma ayuda, 
la distancia, 
el olor a yodo de la mar, a descubrimiento



c. a. campos, 2011