Wednesday, September 29, 2010

sauvignon blanc



para despistar, digamos que me he vuelto
inquilino de mí mismo
y que me cuesta aceptar, rechazar

que de cuando en cuando me quito los ojos 
de encima, el signo de interrogación,
y me gasto o me derrocho una broma

digamos que, rodeado de gente que no es 
la más indicada, 
yo, no obstante, resulto el menos indicado 

que todo conmigo depende de un hilo,
y que, dándolo por sentado,
mi lugar es el no tener ningún lugar 

digamos que aparte de dolor 
se necesita suficiente dinero 
para morir en paz

que en la copa es donde el vino 
se siente mejor, 
donde menos se arrepiente 

digamos que con mi experiencia,
mi tristeza, 
solamente puedo hacer felices a los niños

y que me he quedado callado,
ensimismado ante el pronombre,
ante el solo de la palabra

que ha puesto a bailar al silencio, 
al misterio, 
al lector que genera mi condición 

digamos que es sobrio el emborracharse, 
el considerar lo que estoy considerando  
(un secreto)

y que tengo que mandar a la porra
al pasado, al futuro
y ponerme al día

digamos que sufro porque hago sufrir, 
porque no quieren 
vivir sin mi persona

que aritmética yo estoy haciendo
con los dedos de los pies
y no alcanzo o no me alcanza

digamos que no estoy de acuerdo,
que no me parece bien


c. a. campos, 2010  

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